lunes, agosto 24, 2009

Sobreviven

Había escrito toda una crónica del viaje de los últimos días: la gira con la OFECH. El problema fue que, al releerla, la encontré demasiado extensa y aburrida, así que me limitaré a contarles todo con la siguiente imagen.









Es broma, a pesar de la infección estomacal que afligió a la mayor parte de los miembros de la orquesta, y de otros problemillas que surgieron en el transcurso de los días, debo decir que disfruté mucho la gira, conocí lugares hermosos (especialmente Guanajuato), toqué en teatros en los que nunca había estado (particularmente bonito el Teatro Juarez... de Guanajuato), conocí compañeros de la orquesta con los que nunca había hablado a pesar de que ya van a ser tres años de trabajar con ellos.

En realidad fue un viaje muy enriquecedor, en todos los aspectos, recordé lo mucho que me gusta viajar, conocer, tocar. Fue como si encontrara una parte de mi que había perdido, tuve mucho tiempo para pensar, reflexionar, establecer prioridades y tomar decisiones... ahora siento que crecí, me siento mejor.

Y, a pesar de que muchos dirán lo contrario, espero que se repita

(ay disculpen la imagen!, algún día aprenderé a dibujar :P )

viernes, agosto 07, 2009

De dietas y cosas peores

El día llegó, por más que hubiera querido posponerlo, no había alternativa... tenía que regresar a trabajar.


Y no es que me moleste, al contrario, me gusta... una parte de mi, la parte dominante, extrañaba esa sensación tan agradable de hacer música, de dejar que los dedos vuelen sobre el diapasón, de mirar furtivamente al director sin dejar de leer la partitura, de reir con los chistes de los demás, de mirar de reojo al compañero para asegurar que la arcada es la correcta, de salir cansada pero satisfecha.

Pero la otra parte de mi, esa parte pequeña, recordó lo que se siente sufrir dolor de espalda al terminar la jornada, sentir sueño por la tarde y batallar para dormir por el calor, padecer la ansiedad antes de un evento (por que sí, señores, sólo a mí se me ocurre agendar un hueso de dos horas mi primer día de trabajo), sentir la gotita de sudor que corre por la espalda por falta de aire acondicionado.


Pero dentro de todo, me siento bien, me siento feliz... recordé por que hago lo que hago, por que lo hacía sin recibir remuneración, por que quiero vivir así, por que me hace feliz.


En fin, se estarán preguntando por el título del post, ahi les va la explicación...


Resulta que me encontraba pensando (lo digo enserio y sin afán de presumir) en la cantidad de cosas que somos capaces de hacer, hombres y mujeres (pero sobre todo las mujeres) para conseguir una figura esbelta.


Cremas, pastillas, ejercicio, dieta de la luna, dieta de la sopa de repollo, dieta del repollo, dieta de una semana, de un mes, dieta del tomate (comer todo menos tomate XD) dieta del DDT (dejar de tragar), hieloterapia, acupuntura, hidroterapia, imanes, fajas... y la lista podría continuar eternamente.

Y la verdad es que hasta la dieta más eficiente, el mejor nutriólogo, el aparato y las cremas milagrosas sucumben ante la falta de constancia. ¿De qué sirve una crema carísima guardada en un cajón, la bicicleta estacionaria con complejo de perchero y la dieta pegada con imanes en el refrigerador, si aprendemos a vivir con ellos hasta llegar a ignorarlos?

No estoy muy segura de saber dónde radica el problema. ¿Será acaso el motivo por el que decidimos bajar de peso? ya sea por salud, por agradar a la pareja (o a la mamá de la pareja), por brillar en sociedad, por parecernos a modelo de la revista o a la actriz de televisión.

Como quiera que sea, seguimos poniendo trabas y pretextos, que si no tengo tiempo para el ejercicio, que si la comida es deliciosa (y vaya que lo es, sobre todo esa que está prohibida), que si no puedo comer saludable por que estoy todo el dia fuera (combinación de las dos anteriores), etc.

Este post parece no tener fin, pero déjenme decirles que, a pesar del pesimismo de las líneas anteriores, sí se puede! paso a paso, uno sólo a la vez, con paciencia y dedicación, tomando en cuenta la cantidad de años que requirió el organismo para adquirir esos kilitos de más y aceptar que no se bajarán de un día para otro.

Creo que es recomendable encontrar algo en lo que podamos ser constantes, yo, por ejemplo, ya vi que esto del ejercicio no se me da! (...) aunque sé que tendré que considerarlo pronto, la dieta me resulta más sencilla (ojo, no cualquier dieta!) y da resultado, lento, pero ahi va... poco a poco cumpliendo uno de mis propósitos de año nuevo.

Y si yo puedo, a pesar de mi falta de dedicación, tiempo y constancia... definitivamente todos pueden
je

miércoles, agosto 05, 2009

Visiones de juventud


Correr por la calle, jugar con los cojines del sillon, hacer agujeros y "presas" en la arena, subir a los árboles, mojarte en la lluvia, añorar el domingo para ir al parque, columpiarte en los columpios, resbarlarte en los resbaladeros y oscilar en el "subi-baja", imaginarte siendo super héroe, imaginarte siendo princesa, robar la ropa de tus padres para aparentar ser mayor, pintarte la cara sin un claro sentido de estética, rayonear los cuadernos y mostrar el resultado como si fuera una obra de arte, jugar sin pensar, vivir sin pensar, reir sin pensar.


Me detengo a pensar en todas las cosas que dejé de hacer cuando empecé a crecer, cuando pegarle a la piñata era un acto penado por todos los primos "grandes", cuando hacer botas y guantes de lodo te hacía pensar en la cantidad de bichos podrías encontrar, cuando atrapar saltamontes ya daba asco... y me pregunto ¿Por qué, si en ocasiones sentimos la necesidad de hacer cosas "de niños" nos privamos de hacerlo?, ¿Por qué apartamos esas ideas de nuestra cabeza como si fueran herejías?

Creamos una imagen de persona madura y recta, siempre limpia, siempre pulcra, y no podemos evitar sentir un poco de envidia de los niños que juegan en la arena, con su ropita llena de lodo, sin siquiera pensar en cómo van a poder sacar esas manchas de la tela.

Recuerdo que cuando era pequeña solía imaginar y crear escenarios diferentes, aveces era princesa, aveces era villana, aveces volaba, nadaba y soñaba, pasaba horas en el patio pretendiendo poseer poderes sobrenaturales, convencia a primos y vecinos de jugar conmigo, y todo era diversión, cada quien adoptaba su rol con tal seriedad que impresionaría a algunos mayores, las horas pasaban y la diversión seguía.

Aún me gusta imaginar, pero hace muchos años que dejé de jugar.

Tal vez sea por eso que hace unos meses empecé a comprar sombreros, pelucas y disfraces, que Yoleti y yo pasaramos más tiempo en una tienda de disfraces en Viena que visitando los museos.

Pero, ¡no más!, basta de represiones y de tanto pensar... cada año imagino un cumpleaños de disfraces y cada año lo pospongo un poco más, pero este mes dejaré de posponer...

Familia, novio, amigos...
...todos....
...Preparense!

martes, agosto 04, 2009

Descubrí

Descubrí que cuando tengo una idea, debo postearla en ese momento

¿Por qué?

Por que después se me olvida, se transforma, se desvirtúa y simplemente termino pensando que no era tan buena idea...

Y por eso no he podido postear estos últimos días, pero me reivindicaré, verán!
.

La música es pasión, es vida