domingo, febrero 28, 2010

Votación literaria

Hace aproximadamente una semana terminé el último libro de la serie "Los Reyes Malditos" de Maurice Druon, misma que, como ya les había comentado en una ocasión, habla sobre la maldición que el último gran maestre de los templarios lanza sobre el rey Felipe y toda su descendencia, y de como la desgracia recae sobre los portadores de la corona.

Debo decir que el último libro no era precisamente lo que esperaba.  El autor utiliza un método diferente de narración, ésta vez cuenta la historia en boca del Cardenal Périgord en tiempos del Rey Juan II... para llegar a este punto, Maurice Druon omite algunos años y la historia contiene personajes que hasta ahora eran desconocidos, y la única referencia que tenemos de ellos son sus antecesores.

Como quiera uno termina acostumbrándose a este nuevo estilo de narrativa y conociendo a las nuevas personalidades que se presentan.  Aproximadamente a la mitad del libro le tomé un gusto enorme y me costó trabajo admitir que, una vez leída la última página del libro, la saga había terminado.

Precisamente por eso, porque traigo las pilas bastante cargadas, no puedo decidirme entre varios libros que tengo en lista de espera y porque sé que voy a terminar contándoles acerca de mi lectura, pongo a votación los siguientes títulos:

* El arte de amar - Erich Fromm
* Mago y Cristal - tomo no. 4 de la saga "La torre oscura" de uno de mis autores favoritos: Stephen King
* Crimen y castigo - Fedor Dostoievski
* Amadís de Gaula - obra maestra de la literatura medieval fantástica... (Para regresárselo pronto a Nirva)

Pueden votar en la encuesta ubicada en la parte de arriba de la barra lateral del blog... y, como ya quiero empezar con la lectura y posiblemente tenga tiempo el próximo fin de semana, la votación terminará los primeros minutos del sábado 6 de marzo.

Así que... ¿sobre qué quisieran leer la próxima vez?

viernes, febrero 19, 2010

Cambiando conceptos

Cuando voy a un concierto en el que toca un solista invitado, me sucede con frecuencia que lo visualizo como una persona distinta, lo imagino serio y reservado, pasando horas en su estudio frente a una partitura, en la biblioteca devorando un libro o en la sala escuchado un disco tras otro.

Hoy me di cuenta de que estaba en un error

Hace un rato, navegando por la red, entré a ver la página de un excelente violinista (hijo de mi maestro, por cierto) y me encontré con unas fotografías de él, con atuendo de cavernícola, tocando su violín.

Las imágenes causaron un desequilibrio en el concepto que yo tenía de él, de modo que además de verlo como un buen músico comencé a imaginarlo como un buen hijo, un hermano atento, un amigo agradable, una persona normal con un gusto enorme por lo que hace, con problemas, angustias, risas y aventuras...

Lo ví fuera del escenario

Más real

Más humano

lunes, febrero 15, 2010

Ciego Amor

Hace ya tiempo que he estado pensando en una frase que todos conocemos y escuchamos con frecuencia:

"El amor es ciego"

Cada palabra surge de nuestra boca o revolotea en nuestra mente cuando alguien nos cuenta acerca de una relación amorosa que atraviesa por momentos conflictivos, sobre todo si los problemas son graves o recurrentes.

Y yo, simplemente, no puedo más que diferir con tal aseveración

El amor no es ciego

Si hay algo que se conoce en una persona con la que se convive, son sus defectos, esos pequeños detallitos que molestan, que incomodan.

El amor no te pone una venda en los ojos, no es una pastilla que te tomas para que todo se vuelva maravilloso, no funciona como una pócima mágica para embellecer a "esa" persona en cuestión.

El amor no te vuelve ciego a los defectos, el amor te vuelve tolerante, te hace ver que convivir, aceptar y sobrellevar esos defectos vale la pena para estar con esa persona imperfecta complementa tus propias carencias.

Cuando amas ves todo y notas todo, cada detalle se hace patente y resultaría absurdo alegar que por estar "perdidamente enamorados" no vimos o no supimos cómo era el otro en realidad... por que no se puede amar lo que no se conoce, y el paquete siempre viene completo.

Pero vale la pena.  Vale la pena conocer, saber, aceptar y perdonar.  Vale la pena convivir, crecer, luchar y soñar.  Dar importancia a lo que verdaderamente lo merece, a crear un futuro, a disfrutar el presente, a construir recuerdos, a complementar carencias y compartir virtudes.

Y la amistad funciona igual, no en menor escala, sino en distintos términos...


Este post va con dedicación
A aquéllos amigos que no veo con frecuencia, pero que siguen este blog para mantenerse cerca, para estar en contacto.
A los amigos que veo constantemente, con quien comparto mis días, aventuras, alegrías y tristezas.
A mi familia, amigos por un acertado dedazo divino (^^)
Y, claro está, a ti...

...Por que siempre vale la pena

martes, febrero 09, 2010

Críticando

Cuando mi mamá dice que para conocer a una persona en realidad le pongas una gorra, es seguro que no habla en sentido literal, sino que se refiere a la forma en que un poco de autoridad corrompe a la gente.

Hay ejemplos que vemos todos los días: un jefe prepotente, un guardia de seguridad sin sentido común, un gerente sin escrúpulos y para qué menciono el estereotipo clásico del político corrupto.

Hoy llegué a mi clase de violín temprano y mi maestro salió del salón, dejando la puerta abierta. Mientras yo calentaba y repasaba secciones que me habían causado algunos problemas, pasó por la puerta otro maestro de violín de la escuela que se afirma poseedor de oído absoluto, me miró, me saludó con un gesto y siguió su camino.  Seguí estudiando y derrepente volvió, se paró frente a la puerta y comenzó a gritarme, con su costumbre espantosa de corregir a sus alumnos, que el acorde estaba desafinado, que escuchara, que tenía que afinar, y sin más explicación, se fue.

Y ahí estaba yo, de pie en el centro del salón, molesta, frustrada, indecisa e insegura.  Cerré la puerta de golpe y traté de estudiar algo diferente, pero no funcionó.  En ese momento comencé a escuchar todo mal; el ataque, la afinación, el fraseo... y lo peor fue cuando llegó mi maestro, simplemente no podía tocar.

Como llevamos ya varios años trabajando juntos y me conoce a la perfección no fue difícil para él darse cuenta de que algo andaba mal.  Cuando le conté lo sucedido se molestó, me pidió que hiciera caso omiso del comentario y que confiara en mí, en mi oído y en mi capacidad.

Este suceso me puso a reflexionar en esas ocasiones en que nos ponemos la gorra de la autoridad y lanzamos consejos a diestra y siniestra, sugerencias que no nos son requeridas, críticas que hieren... y es que si este violinista en cuestión, que ni ha sido mi maestro ni lo será jamás, hubiera llegado a decirme que tuviera cuidado, que el sol estaba un poco bajo, que separara más los dedos, que moviera la muñeca, que levantara el codo... si me hubiera señalado el error con asertividad y me hubiera recomendado una forma de remediar el problema, habría creado un ambiente distinto, yo habría puesto en práctica el conocimiento adquirido y todo habría funcionado de la mejor manera.

El aprendizaje del día de hoy es que ser bueno en algo no te hace necesariamente competente para transmitir tus conocimientos, y tener un puesto de autoridad no te da el derecho de imponerte a la gente, de intentar cambiarlos, de moldearlos a tu gusto.  Dar consejos y hacer críticas es un tema delicado y hay que saber manejar las cosas para construir en lugar de destruir.

Por mi parte, el sujeto en cuestión perdió el respeto que le tenía...

domingo, febrero 07, 2010

Expectativas

Hay momentos en que ya no sabes hacia dónde caminar, las fuerzas siguen menguando y cada paso se vuelve más difícil.  Piensas en todas las personas que conforman tu entorno: tus padres, tu jefe, tus maestros, hermanos, pareja, amigos... y vienen a tu mente las acciones que debes tomar para cumplir con las expectativas que estas personas, que son importantes en las diferentes áreas de tu vida, tienen sobre ti.

Mantenerte impecable, ser puntual, cumplir con la tarea, estudiar, terminar los proyectos, limpiar la casa, procurar a los amigos, ser competitivo, ser ordenado, evitar dejar las cosas para el último momento, ser asertivo, ayudar, entender, organizar, formar, cumplir, hacer, deshacer, decir... y la lista sigue y sigue.

Personalmente tengo conflicto con esta situación, siempre queriendo dar el ancho, evitando defraudar, pensando en qué hacer para cumplir con lo que todos esperan de mi.

Pero hoy entendí que la persona que tiene las expectativas más altas sobre mi desempeño, soy yo misma... soy yo quien ha puesto las metas, los límites, quien toma las decisiones y se aferra a cumplirlas, soy yo quien se siente bien despues de un recital, despues de un concierto, quien recibe los halagos, las reprimendas, quien asume la responsabilidad por los actos... soy yo quien vive y es a mí a quien debo rendir cuentas.

Por que a fin de cuentas los maestros tienen otros alumnos, los jefes tienen otros empleados, los amigos otros amigos, y la familia siempre perdona... y es importante dejar de darnos ese tipo de importancia frente a los demás, de pensar que les somos indispensables, y trabajar en hacer las cosas por uno mismo, para satisfacer nuestras propias expectativas, hacer lo que queremos por que así lo decidimos y no por que creemos que alguien más lo espera... por que a fin de cuentas, hagamos lo que hagamos, la vida sigue
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La música es pasión, es vida